El cartílago es el tejido firme, pero flexible, que cubre los extremos de los huesos en una articulación.
Es un tejido altamente especializado responsable del funcionamiento óptimo de la articulación, gracias a su capacidad para absorber la tensión de una carga específica y al proporcionar una interfaz uniforme para el movimiento de la articulación sin fricción, permitiendo el libre deslizamiento de un hueso sobre otro.
El cartílago articular tiene una capacidad limitada de autoreparación, ésto se debe principalmente al hecho de que no tiene circulación sanguínea, las lesiones del cartílago articular no se regenerarán.
Las lesiones de cartílago articular pueden ser traumáticas o degenerativas.
Las lesiones del cartílago se manifiestan con:
Es necesario realizar una evaluación clínica con un ortopedista especialista en rodilla(s) en la consulta mediante la exploración física y complementar con los siguientes estudios:
Radiografías. Permiten evaluar el estado general del hueso y la articulación de la rodilla. Nos evidencia el espacio articular entre los huesos, la formación de hueso donde no debe existir por exceso de fricción (osteofitos), zonas de esclerosis (aumento de densidad ósea) por exceso de carga y transmisión del peso, formación de quistes óseos (hoyos) en casos muy avanzados y crónicos de desgaste del cartílago.
Resonancia magnética nuclear. Permite la detección oportuna de una lesión del cartílago. Establecer el espesor y diámetro de la lesión. Es el mejor estudio para la evaluación del cartílago.
El tratamiento dependerá del grado de afección, el espesor y diámetro de la lesión del cartílago articular de la rodilla. Dentro de las opciones de tratamiento están las siguientes:
La toma de decisión para el tratamiento más adecuado es individualizado para cada paciente dependiendo del grado de afección, edad, actividades físicas y expectativas a largo plazo.